Mucho se ha escrito de un sabio tan pobre que solo se alimentaba de las hierbas que recogía, y de otro sabio, mas paupérrimo si cabe, que comía las hierbas que el otro arrojaba. Sin embargo, pocos conocen la historia del tercer sabio, tan mísero, triste y humillado, que para sobrevivir tuvo que comerse a los otros dos. Texto: Patricia Gutiérrez Ilustración: Arturo Abad
No hay comentarios:
Publicar un comentario