Pienso en el verano y pienso en mi bici. Venía de la chatarra, no era bonita. Era el ciborg de las bicicletas. Sólo tenía un freno, el de delante, frenaba en seco, era un poco peligroso en las cuestas. Pero en realidad poder lucir muchas cicatrices en las rodillas te hacía formar parte del grupo de los atrevidos. Me la hizo mi abuelo. también arreglaba lavadoras y las planchas de las vecinas.
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