jueves, 10 de noviembre de 2016

DOS DOCENAS DE HUEVOS: COMETAS

COMETAS



Cuando era niña volabais tan cerca. Si saltaba casi podía tocaros.
-Lo recuerdo -dijo él- pero siempre os empeñabais en regresar al suelo.
-Para saltar de nuevo mas alto -protestó ella- y un día os marchasteis. La noche quedó vacía. Ahora solo se ven cometas cada cincuenta años.
-No podíamos quedarnos. Lo siento mucho.
-Os echamos de menos -confesó con los ojos empañados- ¿Fue por nuestra culpa?
-No, pequeña amiga, vosotros solo jugabais con cometas.
-¿Entonces qué ocurrió?
El la miró de cerca, flotando suavemente, con restos de sol en la cola y en los ojos.
-Fueron las cuerdas.
-¿Las cuerdas? -se sorprendió- ¿Qué les pasó?
-Qué dolían -respondió el cometa.
El aire se llenó de polvo estelar cuando el astro se giró para marcharse. Antes de que se alejara, la anciana estiró los brazos y saltó por última vez.

Texto: Arturo Abad
Iluztración: Patricia Gutiérrez

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